jueves, 16 de abril de 2009

Orgullo, fe y casta

70-55 para Cáceres a 7'25'' para la conclusión del partido. Ante ese panorama, y con un Tenerife Rural que había pasado por el partido con una defensa indigna de un equipo de la zona alta de la tabla y un Cáceres hipermotivado por demostrar el corazón de un grupo crecido ante las ausencias (Moss, Simien y Panadero), ¿qué final sería "lógico" imaginar? Destierren esa palabra de su mente; es absolutamente imposible aplicarla al Tenerife Rural. Los blanquiazules tiraron, una vez más, de esa casta que, las cosas como son, los hace especiales y se llevaron un partido épico, que precisó de dos prórrogas para caer del lado de los hombres de Rafa Sanz.

Y es que a quien hubiera apagado la radio en cualquier momento previo al minuto 34 nadie le podría haber acusado de temerario o pesimista. El Tenerife Rural saltó a la cancha sin parecer haber asimilado la clave que Sanz se cansó de apuntar los días previos al partido: la defensa. Pues que si quieres arroz, Catalina. El Cáceres, con un Guaita que continúa hipermotivado cada vez que se enfrenta a su ex equipo (con miraditas al banquillo de vez en cuando incluidas), lideraba a los suyos ante unos blanquiazules que, sin Francis Sánchez, baja de última hora, no podían frenar a los de Piti Hurtado. Malos porcentajes de tiro, pérdidas de balón, trabajo escaso de media cancha para detrás... todo ello sumado en la ecuación del choque daba como reultado que Cáceres iba encarrilando de manera sustancial el partido (22-16, 45-31, 70-55...).

Cuando ya no se creía...

Hasta ese momento clave. Pat Carroll y Lamont Hamilton se pusieron el traje de las grandes ocasiones, Boccia se convirtió en la punta de lanza defensiva perfecta en la 1-3-1 e Iván Rodríguez, el Peli, el que "casi" siempre pasa desapercibido, acumulaba un protagonismo tan inusual como justo para ir recortando distancias. Un parcial de 9-22 le daba otro aire al choque y una bandeja casi sobre la bocina del capitán en una acción de contraataque contra Brown plagada de orgullo dejaba al pabellón con la boca abierta y forzaba la (primera) prórroga.

El tiempo extra comenzó bien encarrilado para los de Rafa Sanz, que con un 79-84 parecían dejar las cosas claras. Sin embargo, el espíritu indomable del Cáceres y los errores en los tiros libres, verdadera lacra blanquiazul en la noche de ayer, permitieron a los locales llegar vivos y forzar una segunda prórroga con canasta de Bellas.

En ese momento, cuando se llevan 45 minutos de partido y las piernas responden a medias, el cerebro, el talento y el orgullo toman el relevo. Boccia asumió el mando del partido, Iván Rodríguez continuó dándole aliento a los suyos y el Cáceres se atropelló desde más allá de la zona de 6'25. Dos tiros libres de Christian Maraker terminaron por sellar una victoria tal vez inmerecida (Rafa Sanz dixit), pero de las que refuerzan, al menos anímicamente, a un grupo que estaba necesitado de ello. Lo que no es poco ante la visita de este domingo a la cancha del todopoderoso Valladolid.

Cáceres 96 :Tomás Bellas (12), Lucio Angulo (14), Chus Poves (4), Diego Guaita (22) y Juan Sanguino (9) -quinteto inicial- Gerard Brown (14), Dan Cage (5), Miguel Guillén (-), Víctor Lajas (2) y Mantas Ruikis (14).

Tenerife Rural 98 :Adrián Boccia (14), Iván Rodríguez (13), Pat Carroll (20), Christian Maraker (12) y Lamont Hamilton (16) -quinteto inicial- Julio González (11), Edu Sánchez (1), Kiril Wachsmann (5) y José Ángel Antelo (6).

No hay comentarios: