viernes, 31 de octubre de 2008

Sin pena ni gloria


El Barcelona impuso su peso en Benidorm, centro neurálgico de vacaciones y lugar de exigido cumplimiento para los de Guardiola. Los azulgrana ejercieron su papel en su estreno en la competicón copera y, siendo eminentemente superiores, sacaron una ventaja esperada, corta visto lo visto.

Los culés no necesitaron pisar el acelerador, ni añadirle a su juego demasiada intensidad; algo que favorece un torneo desprestigiado desde las alturas, del que sigue sin entenderse la extensión de sus eliminatorias. El choque en el Camp Nou sólo tendrá interés para los futbolistas del Benidorm, que merecen el premio de sentirse diferentes y elegidos.

El Barça rotó, más obligado que nunca, e hizo lo que tenía que hacer en Foietes. Mandó, tuvo sus ocasiones y dejó solucionado el asunto salvo bombazo que no pasa por la mente de nadie. Le faltó cierta intensidad, pero le fue suficiente. El desviado interés en el partido, para que engañarnos, es comprensible, todo dentro de un límite.

La ausencia de Henry en la convocatoria por problemas de última hora obligó a Pep a inventar con Sylvinho por delante de Abidal. El brasileño, de extremo, liberado de tareas defensivas, se sintió cómodo y aprovechó sus costado para originar el peligro. Caballero, meta del Benidorm, tuvo su día de gloria. El guardameta ofreció una importante seguridad ante las llegadas rivales. Cuando él no alejó los problemas, Bojan se empeñó en no hacerle recoger el cuero de sus redes. El de Linyola, muy activo, no tuvo su día en el remate... hasta que hizo el 0-1.

Sin movimiento en los papeles

Diez minutos después del inicio de la segunda mitad, Bojan se hartó de los errores y abrió una lata que tenía que llevarse el Barça. Un disparo con rosca ajustado al palo hizo inútil la estirada de Caballero. 0-1 y trabajo solucionado.

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