Para los que quieran ver el vaso medio lleno, los Lakers están enviando algunas señales saludables en una pretemporada en la que, ahora medio vacío, han perdido sus tres partidos. De Honolulu a Ontario. Lo bueno: Jordan Clarkson está demostrando que no fue una noticia pasajera y Julius Randle que puede ser el casi-Rookie del Año (jugó 14 minutos en su primera temporada y se rompió la tibia). Y Kobe Bryant sigue dosificando minutos (21:33 esta vez) y jugando buenos minutos (16 puntos, 5/11 en tiros). Lo malo: las lesiones siguen sin dar tregua a un equipo que las tiene como compañeras de viaje desde hace demasiado tiempo. D’Angelo Russell no jugó por un problema en un glúteo, Brandon Bass tiene problemas en una rodilla y Marcelinho Huertas aún no ha debutado.
En Ontario los Lakers cayeron (97-103) ante unos Raptors que tratan de construir una identidad defensiva importante para evitar ser carne de cañón en primera ronda de playoffs. Su tremenda apuesta económica por DeMarre Carroll dará réditos (esta vez 18 puntos y 6 rebotes con muy pocos errores). Y Kyle Lowry está como un tiro en pretemporada (25+6 asistencias), con sus problemas físicos por fin en el retrovisor. De los canadiense recién llegados al equipo de su tierra, mejor Cory Joseph (18 puntos) que Anthony Bennett (4 puntos, 3 rebotes).
En los Lakers, otra vez Randle (17 puntos, 5 rebotes, 3 asistencias) y Clarkson (11+4+6) con el goteo habitual de puntos de Lou Williams (19) y las cosas de Kobe, que parece implicado en la integración de Russell (“es un estudioso del juego”) y Randle (“hace de todo: rebotea, juega al poste, dribla, pasa…”). Son el futuro de la franquicia. Él, un poquito de presente y mucho de pasado.
TORONTO RAPTORS 105
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