martes, 3 de noviembre de 2009

Sin recursos

Siete minutos. Fueron sólo siete minutos de modorra después del descanso en los que el Tenerife tiró por la borda una buena primera parte, en la que el fútbol le negó la suerte que merecía. El Villarreal acertó en su único disparo entre los tres palos y los blanquiazules se empecinaron en fallar una y otra vez las ocasiones de las que dispusieron para elevar al marcador el justo y sudado empate. Los méritos contraídos antes del descanso debían agigantar la figura de barro que es el cuadro insular, pero como padece una inconsistencia defensiva tan aguda, acabó encajando tres goles tras la reanudación en un respiro.
Algún rezagado que había ido al servicio o la cafetería hasta se perdió los tres goles que confirmaban el “suicidio” de los de Oltra. Sin cumplirse el minuto dos de la segunda mitad, Rossi le ganó la posición a Manolo Martínez, que luego le dejó salida al zurdo italiano por su perfil bueno y éste sólo tuvo que poner el balón en el corazón del área para que Pires lograra el 2-0. En el seis, Pablo Sicilia achica sin decisión para cortar un balón y no llega, Manolo se queda atrás y habilita a Rossi, que recibe de Cani, y marca (3-0). El Tenerife saca de centro, la pelota le llega a la zaga del Villarreal que mete un pelotazo. Llorente le gana la pugna a Manolo Martínez y termina superando a Sergio Aragoneses tras tirarle un sombrero en su desesperada salida.
37 minutos de castigo
Vamos, que en el minuto 53 de partido, la escuadra tinerfeña sacaba de centro con 4-0 en el marcador y 37 minutos de suplicio por delante. Entregado, con un orgullo más administrativo que cierto, todavía encajó el quinto a dos minutos de la conclusión. Fue en una jugada por la izquierda entre Capdevila y Escudero, que remató Cani a la red llegando solo en el segundo palo. Hablar de las sustituciones de Oltra después de describir este panorama parece insustancial, pero es cierto que desnudó su banda derecha retirando a Aitor Núñez. Ni a él ni a Omar, el otro reemplazado, les debe parecer muy justo. Hubo otros con mayor responsabilidad en la derrota, a menos que sólo quisiera evitarles el castigo de terminar.
Pero la historia del partido no estaría completa sin la película de la primera parte, tan parecida a las anteriores cuatro comparecencias como visitante de los insulares que hasta da miedo. El conjunto blanquiazul es un equipo tan extraordinariamente blando defendiendo, que le cuesta poco al rival encontrar la portería de Aragoneses y hacerlo además con cierta ventaja, que no frecuencia porque la verdad es que el Villarreal apenas inquietó en los primeros 45 minutos. Pero un desajuste provocado por Román Martínez en la presión, habilitó una autopista en el centro para que Marcano avanzara y diera un pase hacia la media luna del área a Joseba Llorente. Ahí debió acabarse la jugada porque el nueve local se topaba con Manolo Martínez y Pablo Sicilia, pero los centrales insulares no se entendieron y permitieron el remate de su oponente (15’). Era el inicio de la hecatombe de ayer en el centro de la zaga tinerfeña.
Ni el bigastrense ni el grancanario levantaron cabeza desde entonces, como ya ha quedado reflejado. Y estas actuaciones son las que dan la razón a los que creen que, en esa demarcación, Llorente debió traer algún refuerzo de garantías. Claro que, no es menos cierto que a menudo juegan muy al descubierto y los delanteros de Primera son una exigencia mucho mayor que los rivales a los que se encontraban hace unos meses.
Media hora de buen juego
Desde el gol no existió la escuadra amarilla, que regaló el balón a los de Oltra. Estos aceptaron el obsequio y Ricardo comenzó a mandar. Román se entonó algo y empezaron a aparecer los jugadores ofensivos. Fue el caso de Omar, que dio un pase espectacular por encima de la defensa hacia Alfaro, que no acertó a enganchar la pelota (21’) solo ante el meta Diego López. Como queriendo resarcirse, el onubense puso un buen balón para que Nino encarara al portero, pero estuvo lento y desacertado en la ejecución (27’). Que no parecía Nino vaya. El delantero de Vera, justo en la semana en la que los premios que recibió le recordaban de lo que es capaz, se diluyó como si de verdad las dudas sobre su propia capacidad empezaran a aflorar en él. Preocupante.
Poco después, Omar aprovechó un rechace dentro del área para enviar la pelota al palo derecho (31’). También lo intentó Alfaro que, aprovechando una dejada de Nino, disparó desde la frontal, obligando a intervenir a Diego (35’). Esa ráfaga de ocasiones hay que completarla con más explicaciones. El balón lo tenían los visitantes siempre y el Villarreal sólo se dedicaba a replegarse y achicar balones. Algunos de sus hombres, como Eguren y Bruno, pedían agua por señas y otros como Javi Venta, ayuda constante, porque Omar lo estaba dejando en evidencia constantemente.
Pero la estrella se apagó y el Tenerife volvió a perder. También volvió a llevarse los elogios del rival por su fútbol, que sigue siendo tan bonito como el año pasado pero está a años luz en efectividad. Por eso, lleva fuera de casa cero puntos en cinco partidos, un gol a favor y 15 en contra.

Villarreal 5 : Diego López, Javi Venta (0), Godín (2), Marcano (1), Capdevila (2), Bruno (2), Eguren (1), Cani (1), Pires (1), Joseba Llorente (1) y Rossi (2).
En el minuto 64, Pereira (1) entró en lugar de Llorente; en el 70, Fuster (1) sustituyó a Rossi; y en el 76, Escudero (1) reemplazó a Pires.

C.D Tenerife 0 : Sergio Aragoneses, Aitor Núñez, Manolo Martínez, Pablo Sicilia, Bellvís, Ricardo, Román Martínez, Juanlu, Alfaro, Omar y Nino.
En la segunda parte, Dinei entró por Aitor (56’) y Saizar por Omar (83’).

Goles: 1-0 (15’): Manolo y Pablo se arman un lío al borde del área y Llorente aprovecha para marcar de tiro cruzado.42-0 (47’): Rossi regatea a Manolo y cede para Pires, que empuja a la red.43-0 (51’): Pase interior de Cani a Rossi, que bate por bajo a Sergio.44-0 (52’): Llorente gana un pelotazo a Manolo y termina marcando.45-0 (88’): Capdevila centra desde la izquierda y Cani, en el segundo palo, empuja a la red.

Texto:JUAN J. RAMOS, Villarreal.
Foto:
Iván Marcano./ EFE

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