sábado, 16 de mayo de 2009

Trámite... y a Málaga

Tenerife-Málaga-Tenerife, aunque este último paso tal vez no sea necesario. Es la ruta que lleva a la Final a Cuatro y la que, después de nueve meses de competición, va a determinar, en sólo cinco días, si el Tenerife Rural va a estar en Fuenlabrada peleando por subir a la ACB. Estrecheces del calendario para un equipo que, después de poner broche ayer al vencer en Illescas a una fase regular más que positiva, afrontará desde el martes el primer asalto a la mejor liga del mundo ante el Clínicas Rincón.

Rafa Sanz había apelado al "respeto al escudo" para tratar de minimizar cualquier relajación en los suyos en un partido en el que no les iba nada más que la honra. Y vive Dios que lo consiguió. Francis Sánchez y José Ángel Antelo asumieron el mando de las operaciones y comenzaron a ver el aro como una piscina. El Illescas acumulaba pérdidas de balón, mitad por su propia incapacidad para hacerlo mejor y mitad por la buena defensa blanquiazul, y los tinerfeños se iban poniendo las botas. 2-13, 4-18, 6-23? Los parciales iban siendo clarificadores y, aunque Javier Juárez buscaba respuestas en su banquillo, el Tenerife Rural encontraba en Julio González el punto de motivación para evitar que el marcador se apretara. Un parcial de 5-0, liderado por Frier y Martín, pareció aclarar un poco el horizonte al Illescas (14-25, m.8), pero Carroll clavó un triple en la última posesión para cerrar el primer período (14-28).

Hamilton, genial

El segundo cuarto comenzó con las revoluciones mucho más bajas. El Illescas salió con ganas de despedirse de manera honrosa de su afición, y un parcial de 4-0 de salida obligó a Rafa Sanz a pedir tiempo muerto (18-28, m.11) para llamar a capítulo a los suyos. Y, ahí, apareció la figura de Lamont Hamilton. El neoyorquino se erigió en el hombre clave de su equipo, anotando tanto de 3 como cerca del aro, y devolviendo la situación a su coyuntura habitual (21-35, m.13). Las constantes protestas de un incordiante Javier Juárez y de un ambiente sorprendentemente caliente y hostil (¿cómo hubiera sido anoche este pabellón si los toledanos se hubieran jugado algo?) mantenían la tensión del choque, lo que, sumado a algún destello de Frer, mandaba al encuentro al descanso sin que se incrementaran las rentas (35-48).

Tras el paso por vestuarios, Lamont Hamilton siguió ejerciendo de jefe. Su duelo con el ex blanquiazul Duane Virgil fue de lo más bonito de la noche, pero los escuderos del ex blanquiazul eran tremendamente superiores a los del triniteño. Edu Sánchez y Julio González le daban ritmo al partido y, ni la eliminación por personales de Adrián Boccia ni el aumento de revoluciones que se produjo en la grada con las técnicas a Juárez y Charquero cambiaron el rumbo del choque, que entraba en su recta final con poco pollo para tanto arroz de afición local (59-77).

El último cuarto sirvió para encontrar (confiemos en que de forma permanente) al mejor Pat Carroll desde más allá del 6,25, para que Illescas maquillara el marcador y su público lo despidiera con sentida ovación y para que los blanquiazules comenzaran a pensar en el Axarquía, último obstáculo previo a Fuenlabrada. La primera batalla, el martes en el Santiago Martín. Se acabaron las medias tintas y llega el tiempo del doble o nada.

Illescas 81 :Juan José Jiménez (12), Howard Frier (15), Dexter Lyons (12), Duane Virgil (16) y Claudio Charquero (-) -quinteto inicial- Jan Martín (9), Diakite Nouha (7), José Rey (-), Juan Pedro López (2), Álvaro Frutos (-), Joe Alonso (8) y Luis Parejo (-).

Tenerife Rural 90 :Adrian Boccia (2), Francis Sánchez (11), Julio González (11), José Ángel Antelo (9) y Lamont Hamilton (21) -quinteto inicial- du Sánchez (11), Pat Carroll (14), Iván Rodríguez (3), Christian Maraker (5) y Kiril Wachsmann (3).

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