jueves, 9 de abril de 2009

Derrota muy dura

El Melilla se llevó el triunfo del pabellón Santiago Martín en un partido en el que el Tenerife Rural no pudo aguantar el ritmo impuesto por la escuadra norteafricana que es tuvo un escalón por encima del conjunto blanquiazul.
El comizno del duelo, sin embargo, no hacía presagiar la debacle blanquiazul. Al contrario. A golpe de triple el Tenerife Rural empezó cómodo, flojo en defensa, permitiendo demasiadas canastas fáciles, pero más que efectivo en ataque. Sanz dio con las teclas necesarias para que sus jugadores tuvieran la confianza de atacar una y otra vez el aro de un Melilla incapaz de frenar semejante arsenal ofensivo. Empezó Edu y le acompañó Francis. A estos los secundó un Hamilton que, pese a no estar al cien por cien, su setenta por ciento le basta para darle otra cara y otro nivel al cuadro blanquiazul.
Sin embargo, el Tenerife recibía casi el mismo daño que causaba y en el cuerpo a cuerpo se fue debilitando. El Melilla, con canastas conseguidas a base de talento, de resolver en uno contra uno y de acierto exterior, no dejó escapar a los locales y en el segundo cuarto los sometió a su disciplina defensiva.

la segunda unidad blanquiazul fracasó por completo. Antelo no ofreció minutos de calidad y no frenó a un letal Waleskowski. Carroll falló los cuatro tiros a canasta que realizó y perdió de vista muchas veces a Ruiz. El Melilla ni siquiera lamentó la tercera falta de Southall. Todo se tradujo en un parcial de 2-17 (34-39) que puso contra las cuerdas a los locales pese a sus esfuerzos por no perder comba respecto al sólido equipo norteafricano.
Los 12 puntos de Keith Waleskowski en el segundo parcial castigaron todos y cada uno de los errores cometidos por el cuadro blanquiazul que no conseguía ajustar su defensa para evitar el carrusel de canastas fáciles del grupo de Paco Olmos y un triple sobre la bocina de Ruiz, tras jugada de pizarra, encendía las alarmas al descanso (43-50).
Como había sido poco castigo, el Tenerife volvió a las andadas al inicio del tercer cuarto y encajó otro castigo mental en forma de parcial, esta vez de 0-7. Nadie se acordaba del gran nivel ofensivo de los blanquiazules en el primer cuarto. Ni siquiera el Melilla, que bajo la dictadura de Diego Ciorciari gobernó a placer sobre el parqué. Julio González y Hamilton trataron de liderar una revolución a la que se sumó Francis Sánchez, otra vez el único que parecía capacitado para variar el curso de un partido que se iba (56-70).
Entonces llegaron unos minutos muy intensos de Boccia y Carroll, que por fin encontró el camino hacia el aro. Parecía que el Tenerife iba a repetir el guión de partidos como el que sirvió para romper la imbatibilidad liguera de aquel intratable Alicante, ahora venido a menos. Ciorciari, sencillamente genial, volvió a anotar sobre la bocina para cerrar el tercer episodio (64-72).
El Melilla volvió a castigar la salida en frío del Tenerife y empezó a aplicar un baloncesto más controlado para gestionar sus posesiones. Carroll y Boccia respondieron con casta... y con canastas. El Tenerife Rural fue remontando punto a punto. Sudando cada canasta y sufriendo cada defensa para demostrar que este equipo tiene alma, tiene garra, tiene orgullo.
Lo que no tuvo fue fuelle. Justo cuando se puso a tiro de piedra del Melilla (84-85, 38´) el cansancio paralizó física y mentalmente a los locales. A Cuthbert Victor no le fallaron las fuerzas y con cinco puntos seguidos sentenció el triunfo del Melilla.

Tenerife Rural 84 (32+11+21+20). Edu Sánchez (6), Julio González (9), Francis Sánchez (21), Hamilton (15), Kiril Wachsmann (5) -inicial-, Adrian Boccia (13), Carroll (11), Maraker (2), Antelo (-) e Iván Rodríguez (2).

Melilla 95 (24+26+22+23). Ciorciari (13), Fergerson (16), Víctor (17), Keith Waleskowski (16), Caio Torres (8) -inicial-, Huertas (3), Southall (2), Juanma Ruiz (17), Nacho Romero (-) y Óscar González (3).

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