Los deberes hechos

El Barcelona y el Real Madrid, los dos teóricos grandes favoritos al título liguero, afrontan el "parón navideño" con sensaciones bien distintas, pues mientras el primero se está mostrando intratable y rompiendo todo récord, el conjunto madridista está lleno de dudas, problemas e interrogantes.Con dieciséis jornadas cumplidas, o lo que es igual el 42,1 por ciento del campeonato ya disputado, la clasificación liguera es concluyente: líder, el Barcelona, con 41 puntos -lo que representa un récord liguero-, 48 goles a favor (3 por partido) y sólo 10 en contra.

Por detrás de los azulgranas están, por este orden, el Sevilla (31 puntos), Atlético de Madrid y Valencia (30), y Real Madrid y Villarreal (29).

Es decir, el vigente campeón liguero, el Real Madrid, está fuera de la zona Liga de Campeones justo en la campaña que estrena para el fútbol español tres plazas directas de acceso a dicha competición para un temporada 2009-10 donde la finalísima del torneo se disputará en el madridista estadio "Santiago Bernabéu".

Pero al margen de la actuación situación madridista en la clasificación, las sensaciones que ofrece respecto al Barcelona son un abismo mayor que los doce puntos de diferencia entre uno y otro: los barcelonistas, con un nuevo récord de siete partidos foráneos consecutivos ganados, gusta y enamora con su juego.

El técnico barcelonista Pep Guardiola ha ganado su apuesta y desechado toda critica o duda que se le ponía al inicio, por aquello de su bisoñez para dirigir un equipo de elite. Todos son halagos para él y, por ende, para su equipo y apuesta de fútbol.

Sólo perdió en la primera jornada, en Numancia, y luego prácticamente arrasó. Junto con seguir en los octavos de final de la Copa del Rey de España y meterse sin apuros en los octavos de final de la Liga de Campeones.

Los triunfos en los dos últimos meses del año donde ante sus teóricos más duros rivales lo dicen todo: Sevilla (0-3), Atlético de Madrid (6-1), Valencia (4-0), Real Madrid (2-0) y, el último domingo, al Villarreal (1-2).

Y, con ello, el buen hacer del equipo ha parado todas las críticas, voto de confianza incluido, que tenía antes del verano la junta directiva presidida por Joan Laporta.