viernes, 7 de noviembre de 2008

Partido de tramite

El Barça jugo un partido para olvidar que cerró con un mísero empate ante el Basilea (1-1) en una nueva jornada de la Liga de Campeones. A ocho minutos del pitido final Derdiyok dejaría helado a un Camp Nou que ya ambicionaba la duodécima victoria consecutiva de los suyos después de que la entrada de Leo Messi despertara a sus compañeros del letargo.

Por primera vez en toda la temporada las advertencias previas de Guardiola no surtieron efecto. El técnico quiso reactivar a su equipo sin conseguirlo. Su equipo dibujó una primera parte nefasta.

Un acto falto de ritmo que hizo buena la estrategia ultradefensiva del Basilea. El Barça de los Hleb, Víctor Sánchez, Bojan o Sylvinho se paseaba por el Camp Nou con una dosis mínima de intensidad. Una escasez de energía que favorecía los intereses de un conjunto suizo obsesionado en evitar otra goleada como la encajada en su feudo.

Varios disparos lejano y un buen remate de cabeza de Henry rechazado por Costanzo desvelaban la poca tensión del equipo. Tanta que la única nota destacada de los primeros cuarenta y cinco minutos la ofrecía el delantero francés tras propinarle dos manotazos innecesarios a Carlitos que le debieron costar la expulsión directa.

El Basilea estaba hasta cómodo. Tocaba rescatar a las vacas sagradas. Xavi y Messi tardaron tres minutos en despertar a los suizos de su sueño de salir inmaculados del coliseo azulgrana. El argentino trazó una maniobra a su habitual velocidad de crucero para batir a su compatriota Costanzo.

La maniobra de Guardiola ensalzó la importancia de Messi en el equipo pero también la necesidad de salir a tope ante cualquier rival por mucha goleada que le hayas infligido en su estadio. No obstante, la alegría tras el tanto del argentino quedó desinflada por la lesión del centrocampista Iniesta que preocupó de inmediato al técnico azulgrana sabedor de la importancia del de Fuentealbilla en sus planteamientos.

El contratiempo de Iniesta, el primer pronóstico le aleja seis semanas de los terrenos de juego, volvió a meter el partido en el congelador. Salvo una acción de estrategia rematada por Piqué al larguero, el Barça volvió a sestear tanto que un accidente le costó un disgusto. El primer remate entre palos del Basilea metió a los azulgrana en un apuro. Derdiyok clavaría un difícil disparo ante la incredulidad de Valdés.

El tramo final reveló la impotencia del Barça por culpa de su mala mentalidad. Un empate que le mete en los octavos de final de la Liga de Campeones, pero que le complica su pase como primero de grupo que se tendrá que jugar con el Sporting de Lisboa. Por cierto, el pitido final reveló que Gerard Piqué también concluyó el partido lesionado.

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