martes, 11 de noviembre de 2008

El Barcelona se deshiso del Valladolid

El Barça seguirá otra semana encaramado al podio de la Liga con otra goleada de escándalo ante el Valladolid (6-0). En ausencia de Andrés Iniesta, Leo Messi se multiplicó para dirigir las andanadas azulgrana que Samuel Eto'o, con cuatro tantos, se encargó de materializar en otra espectacular noche en el Camp Nou.

Menudos dilemas. Plantar la defensa frente a tu área o sacarla veinte metros hacia fuera. Presionar la zona de construcción o replegarse atrás. Hasta el momento todos los rivales del Barça habían optado por un planteamiento más conservador hasta que llegó Mendilibar. El técnico vasco del Valladolid quiso ser valiente.

Planeó agobiar a los centrales azulgrana provocando que su defensa estuviese con la retaguardia demasiado despejada. Conclusión. El líder de la Liga también les metió cuatro goles antes del descanso.

El Barça de Guardiola supo manejar la situación. Márquez y Piqué tenían muchos problemas para construir la primera acción de pase.

Así que los azulgrana se saltaron el centro del campo. Le bastaron las incursiones de Alves y la excelsa movilidad de Leo Messi para desnudar a su rival. El argentino perdió la banda para aparecer en todo el campo como nexo de unión clave entre sus compañeros.

Todas sus acciones tuvieron a Eto'o como protagonista. El camerunés marcó cuatro tantos en poco más de media hora. Estrenó su cuenta goleadora aprovechando con maestría una genial asistencia de Alves. Siguió mojando tras un rechace de Asenjo a disparo de Henry.

Continuó con una nueva definición de matador ante el portero vallisoletano para cerrar esa imparable racha aprovechando un rebote en Pedro López tras un intento de jugada "maradoniana" de Messi.

El Barça era un vendaval. Las acciones de su crack argentino resultan imparables. Muchas de ellas nacían en acciones de contraataque que pillaban desguarnecida a la zaga visitante. La clarividencia de Messi y la puntería de Eto'o lastraban la atrevida voluntad de Mendilibar.

El Valladolid recibía un severo castigo. Igual que el Atlético de Madrid o el Almería. Su única voluntad tras volver del vestuario pasaba por atajar la sangría. Un objetivo que dependía sobre todo de la voluntad azulgrana.

Tras un par de aproximaciones de Goitom y de Sesma abortadas por Valdés, el Barça volvió a las andadas y anotó dos tantos más.

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